‘No creo que un menor sea gay o lesbiana a los 5 años’

4 agosto, 2016
Fuente: El Tiempo

Diputada acusa al Mineducación de querer impulsar tendencias homosexuales en colegios.

 

diputada

Foto: Óscar Cabezas / EL TIEMPO El partido de ‘la U’, al que pertenece Ángela Hernández, abrió una investigación contra ella

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Esta semana, cuando la diputada de Santander Ángela Hernández dijo en la Asamblea Departamental que el Ministerio de Educación está propiciando una «colonización homosexual» en los colegios, reabrió el agrio debate que distintos sectores del país mantienen frente a la forma de educar en materia de sexualidad.

La diputada del partido de ‘la U’ se quejó públicamente de que el manual de preguntas orientadoras que el Mineducación hace llegar a los colegios, para que construyan manuales de convivencia más incluyentes, es un indicativo de que la ministra Gina Parody está imponiendo una política homosexual en las instituciones educativas.

Una de las preguntas enviadas por el Ministerio a las instituciones educativas fue la que causó revuelo entre algunos sectores conservadores, pues indaga si sus manuales actuales hacen uso de un lenguaje incluyente, no sexista, y si reconocen prácticas de convivencia interculturales.

EL TIEMPO habló con la diputada Hernández acerca de sus polémicas declaraciones.

El Ministerio afirma que nunca ha hablado de tener baños o uniformes unisexo, ¿de dónde infiere usted eso?

De las mismas preguntas orientadoras, donde está claro. Ellos preguntan si están discriminando, si no y por qué. No lo dicen de forma directa, porque también se cuidan y tratan de no ser tan obvios, pero en las charlas es otra cosa.

Ha dicho que en el manual de preguntas hay algunas dirigidas a favorecer una especie de ‘colonización homosexual’ en los colegios. ¿A qué se refiere?

Las preguntas orientadoras no tienden a una pedagogía de igualdad, sino a una imposición de ideología de género con la que quieren eliminar la definición biológica de niño y niña y volverla una construcción.

Defiende el hecho de que las instituciones impongan modos de vestir, pero la Corte Constitucional ha indicado algo distinto. Eso sería ir en contravía de las normas…

No, y las instituciones educativas no pueden rechazar a nadie por ser gay, pero para incluirlos los colegios no se tienen que transformar en lugares de tendencias homosexuales.

¿Por qué cree que la educación sexual no debe ser abordada desde los primeros grados del colegio?

Porque lo que quiere el Ministerio es enseñarles a los estudiantes a no tener diferencias y a elegir si quieren ser niño o niña, y a que exploren. No creo que algún niño desde los 5 años sea lesbiana o gay; eso se manifiesta en la adolescencia.

¿Qué hacer entonces con los manuales?

Los manuales de convivencia deben ser actos democráticos, por eso hay colegios con determinada misión y visión, razón por la cual los padres eligen esos lugares para que sus hijos estudien. Y bajo esta situación de imposición, ¿qué va a pensar un niño de seis años que vea a un compañero de grado octavo vestido de mujer?

 

‘No queremos más casos como el de Sergio Urrego’

 

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En el otro lado de la polémica está el Ministerio de Educación, representado por Víctor Saavedra, viceministro de Educación Preescolar, Básica y Media.

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Para él, la revisión de los manuales de convivencia no gira alrededor de una ‘colonización homosexual’, como lo ha catalogado la diputada Ángela Hernández, sino que se trata de darle cumplimiento a la sentencia T478/15, relativa al caso de Sergio Urrego, el joven de 16 años que se quitó la vida tras ser discriminado por su condición de género en el Gimnasio Castillo Campestre.

En su fallo, la Corte ordena al Ministerio revisar los manuales “para determinar que los mismos sean respetuosos de la orientación sexual y la identidad de género de los estudiantes”, indica la sentencia.

En cuanto al manual de preguntas orientadoras para revisar los manuales, el viceministro Saavedra señaló que una en particular es de vital importancia para esta cartera. Se trata de la número 16, que indaga si los colegios hacen uso de lenguaje incluyente, no sexista, y si reconocen las prácticas de convivencia interculturales; según Saavedra, esta asegura que las instituciones educativas están apostándole a la antidiscriminación. No obstante, insiste en que no se quiere imponer nada. “No estamos obligando a los colegios, pero sí queremos que hagan un proceso de autorreflexión sobre una política más inclusiva”, afirmó.

Otro de los puntos neurálgicos de la discusión, manifestado por la diputada Hernández, es sobre la presunta posibilidad de que el Mineducación obligue a los colegios a tener baños y uniformes unisexo.

El funcionario aclaró que dicha cartera no ha contemplado estas acciones. “Lo que queremos garantizar es que los colegios sean espacios libres de discriminación, con climas escolares para cada estudiante y que no se repita el caso de Sergio Urrego, que fue parte del compromiso que hizo el Gobierno el año pasado”, dijo.

Para Saavedra, además, el debate debe girar en torno a la construcción de la tolerancia en el país desde las aulas. “Los colegios tienen un rol en la enseñanza ética, por lo cual deben garantizar que no haya discriminación a los alumnos de la comunidad LGBTI, con discapacidad o de una religión diferente a la católica”, indicó.

Retomando el debate sobre educación sexual en los planteles, Saavedra recordó que la Ley General de Educación indica que la enseñanza de este tema debe ser abordada desde transición, y que la forma y la temática se ajustan al grado del alumno. “En la educación básica –dijo– se hace pedagogía con la que se les enseña a los niños que su cuerpo es un espacio para respetar, y que ningún adulto puede tocar sus partes íntimas, mientras que a los más grandes se les enseña lo relativo a relaciones sexuales”.

Lo que dice la Corte Constitucional

La discusión acerca de la revisión de manuales de convivencia para evitar la discriminación y trato especial a los estudiantes transgénero giran alrededor de dos sentencias de la Corte Constitucional. La primera es la T562 del 2013, que indica que los colegios no pueden imponer patrones estéticos o de conducta y deben tener especial consideración con los alumnos transgénero.

La otra es la T 478 de 2015, que surgió a raíz del caso de Sergio Urrego y obliga al Ministerio de Educación a revisar los manuales de convivencia.

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