¿Todo es cuestión de perspectiva? Algunas verdades sobre la identidad de género y otros temas

27 septiembre, 2015

Fuente: catholiclink

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Cuando vi este video pensé inmediatamente ¡Es una perfecta analogía de la “perspectiva de género”! En 1949 un informe elaborado por Alfred Kinsey, un entomólogo de la Universidad de Indiana, en el que se indagaba la sexualidad de la sociedad norteamericana de los años 40 cambiaría para siempre las costumbres sexuales en los Estados Unidos en primer lugar y luego en el resto del mundo. A pesar de que posteriormente se demostró que el informe era metodológicamente inapropiado y con toda seguridad falso que Kinsey había entrevistado a más de un 25% de ex convictos por delitos sexuales y un 5% de prostitutos, el informe se convirtió en el ícono cultural de lo que más tarde se conoció como “La revolución sexual” de la década del 60.

Durante esa revolución cultural, un colaborador de Kinsey, el Dr. Harry Benjamin, junto a otro médico de origen neozelandés llamado John Money, propusieron la “Teoría de identidad de género”, que sostiene que la propia percepción interior de la sexualidad es más importante que el sexo determinado biológicamente. Puestos a probar en la práctica esta teoría, el Dr. Money hizo criar como niña a un niño llamado David Reimer, al que accidentalmente le habían amputado el pene, y al que él mismo hizo una “cirugía de reasignación de género”. El experimento fue un fracaso rotundo, y el niño, convertido en adulto pidió que le hicieran tratamiento hormonal y una cirugía de reconstrucción genital. Pese a ello terminó suicidándose después de una vida tormentosa. Del mismo modo que con la revolución sexual, “la teoría de género” tuvo un gran éxito pese a demostrarse patentemente falsa. Los movimientos de Gays, bisexuales, lesbianas, travestis y el feminismo radical, tomaron la teoría como caballito de batalla durante los 50 años posteriores. El problema es que cuando una teoría prescinde de los datos de la realidad, se convierte en una ideología. Y cuando una ideología pretende cambiar un ordenamiento jurídico para perseguir opositores, se convierte en una tiranía.

¿Es relevante la percepción de la propia sexualidad en una “construcción de identidad”? El Padre Mike Schmitz nos explicó en un genial video que cuando una persona tiene una visión inadecuada de sí misma, tratamos de readecuar esa percepción, y no de acomodar la realidad para que se adecue a la visión subjetiva de la persona. Pongamos un ejemplo: una persona anoréxica se ve gorda. Independientemente de su peso, se sigue viendo gorda. Si no intervenimos para ayudarla, esa persona se dejará morir. ¿Y cómo intervenimos?

Existe otra enfermedad conocida como “Desorden de Identidad de la Integridad corporal” que consiste en que el que la padece siente que sus miembros no pertenecen a su cuerpo. Ve su mano, pero sienten que esa mano pertenece a otra persona. Si se le deja, se la amputarían. Si un paciente con esta patología va al médico y le dice, “córteme esta mano, no es mía, yo no la percibo como mía” evidentemente, el médico ordenará un tratamiento psiquiátrico para restaurar la identidad de esa mano al cuerpo que pertenece. Pero va una persona con los genitales externos sanos, sistema endócrino y cromosomas gritando que es masculino pero se siente femenino, ¿Y le extirpan los genitales?¿Hasta dónde se puede torcer la realidad? ¿Cómo puede ser que semejante desatino sea siquiera tomado en serio?

Aquí es donde la perspectiva juega en contra nuestra. Vemos que los medios masivos de difusión, la organización mundial de la salud, la ONU y ahora la Corte Suprema de los Estados Unidos, mediante cambios en las costumbres y la legislación propugnan como “válida” cualquier “orientación sexual”, y le dan visibilidad permanente a cosas que, de no mediar el falso informe Kinsey y la catastrófica “teoría de identidad de género” hoy serían cuestiones a tratar por la psiquiatría. En lugar de ello, como en el video, nos han convencido de que la “perspectiva” tiene que acomodarse a lo que ordenan un camarógrafo tramposo y un escenógrafo genial. Y que tenemos que respetar a las personas que padecen esta “disforia de género” en sus “elecciones”, por más dañinas que éstas sean para ellos mismos o la sociedad. Las tasas de suicidio de personas con “Reasignación de género” es altísima.

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Como dije anteriormente, el problema es que se persigue a los que se oponen a esta ideología, y los que nos oponemos tenemos por cierto que el hombre es hombre, la mujer es mujer, y que son diferentes porque es en la diferencia donde nace la riqueza de la complementariedad para formar seres humanos íntegros.

Me pregunto por ejemplo, si la así llamada ideología de género no sea expresión de una frustración y de una resignación, que mira a cancelar la diferencia sexual porque no sabe confrontarse con ella. Sí: corremos el peligro de dar un paso hacia atrás. La anulación de la diferencia es el problema, no la solución.

El peligro inminente es que están encarcelando, multando y persiguiendo a quienes se oponen a este virtual “lavado de cerebro“. En Canadá, USA y Europa, a los padres que se oponen a que sus hijos sean adoctrinados en esta ideología, se los encarcela o se les quita la patria potestad sobre sus hijos.  Panaderos que se opusieron a realizar “Pasteles de Boda Gay” son multados o encarcelados. Y la persecución tiende a aumentar, obligando a los cristianos a educar a sus hijos en contra de sus convicciones.

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