Los efectos Sociales de la Sexualización de los Niños y Jóvenes

20 febrero, 2016
Por: Ma. Carolina Ortegón Red Familia Colombia

(Basado en Estudio: Sexualisation of Young People – Sexualización de la Gente Joven

Por Linda Papadopoulus, 2009)

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Descripción General:

En el Reino Unido hay una preocupación generalizada por las altas tasas de agresiones y violencia contra mujeres y niñas, por lo cual el gobierno recientemente adelantó una serie de estudios para analizar y abordar esta situación, cuyos resultados apuntaron a la sexualización de los niños y jóvenes como gran causante. Como resultado se están revisando y reversando las políticas gubernamentales tendientes a impartir tempranamente la educación sexual en las escuelas y colegios,  y tomando medidas a todo nivel para enfrentar este grave problema social.

Contexto:

El caso del Reino Unido presenta argumentos contundentes que se contraponen a muchas de las campañas gubernamentales y mediáticas en cuanto al abordaje y enfoque de la educación sexual de nuestros niños y jóvenes. Los efectos sociales son tremendamente nocivos cuando se promueve en la educación y en los medios la sexualización de la infancia y la juventud. Las cifras en Colombia al respecto son de por sí alarmantes: según cifras oficiales: 334,000 niños son víctimas de violencia sexual a lo largo de un año en Colombia; cada 30 minutos 19 niños y niñas son abusados sexualmente en nuestro país; un agresor sexual ataca entre 185 y 500 niños a lo largo de su vida. Esta problemática es creciente y está afectando gravemente a nuestra sociedad a todo nivel.

Sitiuación Actual:

En el Reino Unido la sexualización de su cultura es un fenómeno que crece en proporciones inimaginables: desde la educación en los colegios hasta las revistas  y teléfonos móviles, muestran  imágenes y mensajes  sexualizados, los cuales  están en todas partes. Los periodidistas, padres de familia, organizaciones que protegen la niñez, y los psicólogos argumentan que esto está teniendo un efecto muy perjudicial en la niñez y la juventud. Un estudio reciente muestra como en el Reino Unido las escenas de violencia en contra de las mujeres en televisión ha aumentado en un 120%, desde el 2004, mientras que la violencia en contra de las adolescentes creció en un 400%. En el Reino Unido, más del 80% de los jóvenes utiliza internet a diario, y un tercio de los niños entre los 8-11 años, y 60 por ciento de los jóvenes entre los 12 y 15 años, dicen que lo utilizan por sí solos, sin vigilancia de un adulto responsable.

Ahora con el gran auge del internet la cuestión no es si un joven va a estar expuesto o no a la pornografía, sino cuándo. Las últimas investigaciones sugieren que la edad para los muchachos puede ser inferior a los 11 años. Una encuesta reciente del gobierno británico reveló que el 27% de los niños están accesando pornografía cada semana, con un 5% mirándola a diario.  La encuesta también encontró que el 58% había visto pornografía en línea en sus teléfonos móviles, revistas, cines o en televisión. Otro estudio encontró que una cuarta parte de los jóvenes habían recibido sin solicitarlo mensajes pornográficos basura o mensajes instantáneos, mientras que uno de cada ocho habían visitados sitios web con imágenes violentas.

A la edad de 15 años en ese país el 95 por ciento de los jóvenes tienen su propio celular. Estos aparatos permiten a los jóvenes acceso fácil a toda clase de contenidos, sin discriminar si son o no apropiados. Las cifras muestran que en el 2007 en el Reino Unido los celulares eran los mayores distribuidores de pornografía. El uso de los celulares como herramienta para el matoneo, el control o monitoreo de la pareja o novio(a) ha atraído atención pública recientemente. Los celulares también están siendo usados para el llamado: ‘sexting’, el envío de mensajes sexualmente explícitos de manera no-solicitada.

Con los avances tecnológicos los juegos de video se han vuelto cada vez más gráficos y realistas. A su vez, los niños cada vez más los utilizan sin supervisión de un adulto: tres cuartas partes de los niños entre los 12 y 15 años en el Reino Unido tienen consolas de juegos de video en sus habitaciones. La relación entre el contenido violento y la agresividad en los niños y jóvenes ha sido resaltado en varios estudios, y es ampliamente aceptado que la exposición a contenidos para los cuales los niños no están emocional o cognitivamente maduros tiene un impacto negativo en ellos.

Efectos de las Medidas Adoptadas:

Hay un número de factores que le dan forma a la manera como los niños y los jóvenes responden a la sexualización de la cultura. Una de las más significativas es la edad del menor y su nivel de desarrollo cognitivo y emocional. Independientemente del nivel de sofisticación de un niño, cuando se trata de internalizar los mensajes publicitarios de los medios hay un amplio soporte de investigación que señala que los menores no tienen las destrezas cognitivas para manejar los mensajes persuasivos de los medios. Se presenta también un efecto acumulativo a los largo del tiempo y en diversos escenarios en cuanto a la exposición a  mensajes sexulializados. Los niños y los jóvenes tienen ahora un acceso fácil a material que no es apropiado para su edad. Las teorías fundamentales sobre aprendizaje y desarrollo demuestran que los niños aprenden de lo que ven, y que la exposición a temas a los que un niño no está listo en su desarrollo para manejar pueden tener un efecto que va en detrimento del menor.

En dicho país, no solamente las mujeres y los hombres sino que ahora son los jóvenes los que son presionadas por los medios y las campañas masivas de publicidad para verse ‘sexys’ y ‘deseables’, haciendo que se sientan inadecuados y que aspiraren a ideales poco realistas ante los estándares de excesiva delgadez (en el caso de las mujeres) y excesiva masculinidad (en el caso de los hombres), que se promueven. Los efectos de ello son notorios: la Fundación BEAT para los desórdenes alimenticios estima que 1,6 millones de personas en el Reino Unido sufren de desórdenes alimenticios, siendo una amplia mayoría de ellos (1,4 millones) mujeres. Los niveles de anorexia en la población también son crecientes, al igual que el número de mujeres que se someten a implantes de senos.

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La sexualización y la violencia

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La evidencia que se recogió en el estudio muestra que hay un vínculo muy fuerte entre la exposición a imágenes sexualizadas, la tendencia de considerar a las mujeres como objetos sexuales y la aceptación de actitudes y comportamientos agresivos, como norma. Tanto las imágenes que vemos como la forma en que las vemos llevan a la creencia de que las mujeres están ahí para ser usadas y los hombres están para usarlas.

Hay un significativo cuerpo de evidencia que relaciona las actitudes estereotipadas hacia la sexualidad de las mujeres y las creencias sexistas con el comportamiento sexual agresivo.

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Los jóvenes, el matoneo sexual y la violencia

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Los alarmantes resultados de la reciente encuesta de la NSPCC (National Society for the Prevention of Cruelty to Children- Sociedad Nacional para la Prevención de la Crueldad en los Niños) del Reino Unido indican que para muchos jóvenes es común la violencia en sus relaciones amorosas; una de cada tres adolescentes entre los 13 y 17 años ha sido sometida a actos sexuales no deseados en sus relaciones, y una de cada cuatro había sido sometida a violencia sexual. Una significativa proporción de las jóvenes encuestadas se aquejaron de que la violencia había afectado seriamente su salud y bienestar. El director de la Oficina de Protección a la Niñez de este centro describió todo esto como evidencia de la “cultura de confusión sobre lo que es aceptable entre las niñas y niños que viven hoy en este entorno altamente sexualizado.”

En las pandillas, la violación y el asalto sexual se está convirtiendo en el arma predilecta. Asaltar a una niña se usa no solo para afirmar poder sobre ella sino también sobre aquellos que se asocian con ella. El uso de la violencia como forma para castigar y controlar no se presenta solamente en las sub-culturas, como lo demuestra la encuesta del NSPCC, sino que las muestras de poder y control sobre el cuerpo de la mujer y la presión hacia los jóvenes para seguir un ideal hiper-masculinizado, están teniendo un efecto real en la vida cotidiana de los jóvenes.

Varios investigadores han demostrado que los casos de acoso sexual y las formas de matoneo están incrementándose cada vez más en las primaria y secundaria de los colegios a raíz del enfoque educativo enfatizando la genitalidad a tempranas edades.

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La pornografía y la agresión sexual

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La pornografía deforma los conocimientos sexuales de los jóvenes, resaltando el sexo en formas no realistas. La naturaleza de la pornografía en línea está cambiando: cada vez más está dominada por temas de agresión, poder y control, borrando las líneas entre el consentimiento, el placer y la violencia.

Los avances en la tecnología están haciendo que esta sea cada vez más accesible a niños y jóvenes. Hay evidencia confiable y consistente de que la exposición a la pornografía está relacionada con la agresión sexual masculina hacia las mujeres. La exposición prolongada incrementa la posibilidad de consumir material que resalta comportamientos catalogados por el gobierno británico como ‘extremos’, tales como el sexo violento, el sadomasoquismo, y la bestialidad. Los adultos que están predispuestos a la violencia y quienes también muestran alto consumo de la pornografía tienen altas probabilidades de ser agresores sexuales.

Los adultos que son expuestos a pornografía infantil hacen vínculos más fuertes entre los niños y la sexualidad que los adultos que ven modelos adultas en el material pornográfico. Mostrar niñas vestidas o maquilladas como mujeres sirve para normalizar prácticas de abuso a menores o de explotación sexual.

El abuso sexual hacia los niños constituye el máximo extremo del espectro de las consecuencias de la sexualización. Los efectos psicológicos del abuso sexual pueden ser devastadores, variando desde el desorden y stress post-traumático; pasando por la ansiedad y la depresión; la disfunción sexual, hasta el suicidio y la auto-mutilación. Afecta a un significativo número de niños en el Reino Unido (se estima que más de 2 millones) a pesar de que la gran mayoría de los abusos a los niños no se reportan. La mayoría de los que despliegan un comportamiento sexual dañino, son muchachos adolescentes, de los cuales 25-40 porciento reportaron abusos sexuales perpetrados por jóvenes.

Un aspecto que causa preocupación es que la sexualización de las niñas está contribuyendo a desarrollar un mercado para la pornografía infantil. El que las niñas se vistan y se comporten en formas sexualmente provocativas las hace potencialmente vulnerables. Los jóvenes están produciendo e intercambiando lo que es en efecto pornografía infantil, un hecho que resulta del creciente número de jóvenes que están siendo arrestados por tener este material en su posesión.

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Situación Actual:

Actualmente en el Reino Unido hay un amplio acuerdo entre los investigadores y expertos en salud y bienestar que la sexualización prematura de los niños los está poniendo en riesgo ante una amplia variedad de perjuicios. Algunos de los mecanismos que han sido citados como diseminadores de ideales hiper-sexualizados hacia los niños, son una consecuencia de los avances en los medios de comunicación y en la tecnología. Sólo hasta ahora se está empezando a observar un esfuerzo concertado entre los psicólogos y científicos sociales para abordar este tema.

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Conclusión:

La sexualización es un aspecto profundamente crucial que impacta a individuos, familias y a la sociedad como un todo. A no ser que la sexualización se asuma como nociva, tal como lo confirma la evidencia del Reino Unido presentada aquí y en similares reportes para los casos de los EEUU y Australia, perderemos la importante oportunidad de ampliar las creencias de los jóvenes sobre dónde radica su valor como personas; para pensar sobre estrategias para guiar a los niños en el tema de la sexualización y la objetivización; y para crear nuevas herramientas y espacios para que los jóvenes desarrollen su sexualidad acorde con su edad y desarrollo.

 

 

 

 

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